Fundamentación teórica

Sin ánimo de responder ni agotar a las preguntas que motivan nuestra investigación, reconocemos que el tema propuesto puede abordarse desde diversas perspectivas teóricas: tanto estéticas, filosóficas, históricas, literarias como tecnológicas. En esta fundamentación expondremos algunas de estas perspectivas, con el objetivo de delinear nuestro camino de ingreso al tema que luego se verá, seguramente, enriquecido por nuevas lecturas, intercambios y la puesta en práctica del desarrollo artístico.

Comenzando por la pregunta por lo real y lo virtual y su implicancia dentro del terreno de la práctica documental, ya hemos mencionado el problema que surge al introducir categorías tales como “verdad” y “verosimilitud”. El formato documental suele nutrirse con frecuencia de elementos denominados “documentos”, registros escritos, sonoros, fotográficos y audiovisuales que permiten dar cuenta materialmente de vestigios de esa realidad a la cual se pretende narrar. Sabemos que esos documentos siempre son registros parciales, que es imposible impresionar todo aquello que percibimos y que ciertos sentidos (como la vista y el oído, por ejemplo) suelen presentar mayor preponderancia a la hora de generar memoria. Sin embargo, muchas veces estos documentos toman o son forzados a ocupar la categoría de “verdad” y se elaboran relatos que se constituyen como “verdades históricas”, sucesos que pertenecen a la memoria colectiva de un determinado modo. Aquí es cuando podemos recurrir al terreno arte, que articulado con la investigación, ayuda a emerger otras memorias mediante la participación de la “verosimilitud” y la puesta en escena de preguntas que abren nuevos sentidos sobre los sucesos que son parte de nuestra memoria.

De una manera cada vez más notoria, a partir de la preeminencia de los medios de difusión e intercambio de información promoviendo la “mundialización” de la comunicación entre las distintas comunidades e individuos, la noción de verdad se desdibuja aceleradamente en manos de los intereses políticos y económicos de los productores de noticias, los intérpretes y revisionistas de la Historia a su beneficio, y última y lamentablemente, en las de los generadores de fake news.

Por otro lado, ya en el Manifiesto de Cine-Ojo de Dziga Vertov, o como también planteaban en sus textos los realizadores de la Nouvelle Vague, el punto de vista y la cámara misma se constituyen como elementos cuya sola presencia modifica la realidad, sin siquiera tomar en cuenta el terrible poder del montaje de secuencias que termina eliminando cualquier vestigio de objetividad que se pretenda. Como planteaban los fìsicos atómicos de principio del Siglo XX, la simple observación modifica la materia.

Ahora bien, ¿de qué manera la verosimilitud cobra importancia en propuestas artísticas que incorporan tecnologías virtuales?

Como ya mencionamos, en la práctica artística contemporánea, la modelización digital es una herramienta que permite generar espacios metafóricos de gran profundidad, por ejemplo, a través de la representación de escenarios ubicados en el pasado o en un futuro imaginario, que pueden ponerse en juego en la interacción de artistas y público tanto de una manera contemplativa como inmersiva y participativa.

Entre las diversas definiciones de lo “virtual”, podemos encontrar dos (aportadas por diversos autores) que creemos pueden ayudar a revelar algunos aspectos de la pregunta anterior. Según Jean Baudrillard y Paul Virilio, lo virtual podría entenderse dentro de lo que denominan “Estética del Simulacro”, donde se opone la virtualidad a la naturaleza y lo real directamente desaparece. Si lo real desaparece, si estamos directamente frente a la presencia de una simulación de un suceso, tal como nosotros proponemos en este proyecto, podríamos arriesgar que se vuelve posible confrontar a esa “verdad histórica” que forma parte del inconsciente colectivo y transitar -dentro de las limitaciones que la propia simulación facilita- nuestra experiencia en ese contexto de inmersión. Si bien la narrativa se haya prefijada dentro del programa elaborado, lo vivenciado por el espectador será en cada caso diverso, pues el diálogo con la simulación estará dado también por aquellos elementos que constituyen la propia memoria -aprendida, estudiada, transmitida, autopercibida- del espectador que interactúa con la obra. De esta forma, en el proyecto, pondremos en acto la pregunta por el encuentro entre la Historia y la Memoria dentro de los espacios virtuales inmersivos.

Otra de las definiciones que nos parece pertinente para dar ingreso al tema, es la que elabora Gilles Deleuze al considerar lo virtual como un agenciamiento entre el arte, la ciencia y la tecnología que posibilita el surgimiento de nuevas subjetividades.

Proponemos como parte de la realización de este proyecto estar atentos y observar de manera práctica los modos en que este tipo de experiencias abren al espectador a nuevos paradigmas, modificando o no, aspectos de su subjetividad.

Al mismo tiempo, el cruce disciplinar que se requiere para poder llevar a la práctica este proyecto será un territorio fértil para la formación profesional a los diversxs estudiantes que se suman a nuestro equipo de investigación. Más allá de su formación en las especialidades de la carrera (sea Pintura, Grabado, Nuevos Medios o Escultura) este proyecto los invita a sumarse a un proceso de aprendizaje compuesto tanto por actividades de investigación teórica como práctica, con la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas a su campo de acción específico y a la elaboración de un pensamiento crítico sobre aspectos directamente vinculados a nuestra Memoria e Historia.

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